C. LA MASONERÍA ECLESIÁSTICA
1. En la Biblia y en las
revelaciones
2. Los propósitos de la Masonería eclesiástica
3. El
humo negro de satanás ha entrado en la Iglesia
1. En la Biblia y en revelaciones
Al Padre Gobbi, Milán Italia: Desde
la tierra, acude en ayuda de la Bestia Negra que sube del mar, una bestia
que tiene dos cuernos, semejantes a los de un cordero... (Ap 13, 11)
Al símbolo del sacrificio está íntimamente
unido el del sacerdocio: los dos cuernos. Un cubrecabeza con dos cuernos
llevaba el Sumo Sacerdote del Antiguo Testamento. La Mitra, con dos cuernos,
llevan los obispos de la Iglesia, para indicar la plenitud de su sacerdocio.
La Bestia Negra, semejante a una pantera,
indica la masonería. La bestia de dos cuernos, semejante a un cordero, indica
la masonería infiltrada dentro de la Iglesia, es decir la masonería
eclesiástica, que se ha difundido sobre todo entre los miembros de la
jerarquía. Esta infiltración masónica dentro de la Iglesia ya había sido
predicha por Mí en Fátima, cuando les anuncié que Satanás se introduciría hasta
el vértice de la Iglesia. Si el objetivo de la masonería es el de conducir
a las almas a la perdición, llevándolas al culto de falsas divinidades, el fin
de la masonería eclesiástica, en cambio es destruir a Cristo y a su Iglesia,
construyendo un nuevo ídolo, es decir un falso Cristo y una falsa Iglesia.
(807/89)
A la Ven. Ana Catalina Emerich, Munster, Alemania,
1774: Vi la Iglesia de San Pedro y
una cantidad enorme de gente que trabajaba para derribarla...pero a la vez vi a otros que la reparaban.
Líneas de peones se extendían por todo el mundo y quedé admirada de la armonía
de todo ello. Los demoledores se llevaban grandes bloques, eran sobre todo
sectarios y apóstatas en gran número. En sus trabajos de destrucción esas
gentes parecían seguir ciertas órdenes y cierta regla: llevaban mandiles blancos con una cenefa azul y bolsillos y una
paleta en la cintura. Por lo demás, llevaban toda suerte de vestidos. Había
entre ellos personas de categoría, hombres altos y gruesos, con uniformes y
cruces, que no trabajaban personalmente, sino indicaban con las paletas en
los muros las partes que había que derribar. Vi con horror que entre ellos había también sacerdotes católicos. Vi al
Papa en oración, rodeado de falsos amigos, que a menudo hacían lo contrario de
lo que él ordenaba.
Me dijo: “Así será también atada la Iglesia, así
será estrechamente aprisionada hasta que pueda ser restaurada de nuevo.”
También vi muchos buenos y piadosos Obispos, pero
eran limitados y débiles, y el partido malvado tomaba frecuentemente ventaja. De nuevo vi los manejos del Hombre Negro.
También tengo el mapa de los empleadores, atacando a la Iglesia de San Pedro.
2. Los propósitos de la Masonería eclesiástica
Al Padre Gobbi, Milán Italia:
Esta forma de masonería eclesiástica:
Ø Trata de atacar de muchas maneras engañosas la piedad eclesial hacia el
Sacramento de la Eucaristía. De esta, solo valoriza el aspecto de la cena, tiende a minimizar su
valor de sacrificio, trata de negar la presencia personal y real de Jesús en
las hostias consagradas. Por eso se han ido suprimiendo gradualmente todos
los signos externos como son los indicativos de la fe en la presencia real de
Jesús en la Eucaristía, como son las genuflexiones, las horas de adoración
pública, la sana costumbre de circundar el tabernáculo con luces y flores.
Ø Trata de destruir el Cuerpo Místico que es la Iglesia:
Trata de destruir el fundamento de la unidad
de la Iglesia con el ataque astuto e insidioso contra el Papa. Trata de
destruir la realidad de la Iglesia Jerárquica, es decir al Papa y a los Obispos
unidos a él, con el falso ecumenismo, que lleva a la aceptación de todas
las iglesia cristianas, afirmando que cada una de ellas posee una parte de la
verdad. Cultiva el designio de fundar una iglesia ecuménica universal,
formada por la fusión de todas las confesiones cristianas, entre las cuales
está la Iglesia Católica.
Ø Obra para oscurecer
la Divina Palabra de Dios, por medio de interpretaciones naturales y
racionales, y con el pretexto de volverla más comprensiva y aceptada, la
vacía de todo contenido sobrenatural. Así es como difunden los errores por
todas partes dentro de la misma Iglesia Católica. A causa de la difusión de
estos errores, hoy, muchos se alejan de la verdadera fe, haciendo una realidad
la profecía que les ha sido hecha por Mí en Fátima: vendrán tiempos en los que
muchos perderán la verdadera fe.
Ø Favorece las interpretaciones que dan del Evangelio, interpretaciones
racionales y naturales, por medio de la
aplicación de varios géneros literarios, de manera que queda lacerado en todas
sus partes. Al final se llega a negar la realidad histórica de los milagros y
de la resurrección, y se pone en tela de juicio la misma Divinidad de Jesús y su
Misión Salvífica.
Ø
Tiene como propósito
justificar el pecado, presentado no ya como un mal sino como un valor y un
bien... Fruto pernicioso de este maldito cáncer, que se ha difundido por
toda la Iglesia, es la desaparición, en todas partes, de la confesión
individual. (808/89)
Ø Actúa de una manera astuta y diabólica para
conducir a todos a la apostasía. La pérdida de la fe es la apostasía.
La Masonería Eclesiástica llega hasta construir una
estatua en honor a La bestia y obliga a todos a adorar esta estatua. El gran
ídolo, construido para ser servido y adorado por todos. Tal como les he
revelado, es un Cristo falso con una
falsa iglesia. Pero ¿cuál es su nombre? Su número en cuestión es el 666.
En este período de la historia, la Masonería,
asistida por su versión eclesiástica, tendrá éxito en su creación, al levantar
un ídolo que será colocado en lugar de Cristo y de su Iglesia.
Consecuentemente la estatua erigida en honor de la
bestia para ser adorada por todos los habitantes de la tierra, y que sellará con
su marca a todos los que quieran comprar o vender será la estatua del Anticristo.
En ella entrará el hombre de la iniquidad, que se
opone a Cristo y que llevará a su interior la abominación de la desolación. (1089e/96)
3. El humo negro de satanás ha
entrado en la Iglesia
La iglesia traicionada por algunos de sus
mismos ministros
Al Padre Gobbi, Milán Italia: Únanse a mí en la
batalla, hijos míos, contra la bestia negra, la masonería, infiltrada en la
vida eclesiástica para destruir a Cristo y a su Iglesia. La masonería
eclesiástica recibe órdenes y poder de las diferentes logias masónicas, y
trabaja para guiar a todos a ser miembros de estas sectas secretas. (813/89)
¡No se turben,
hijos, sus corazones: entréguense a Mí en todo momento! Ha llegado para mi
Iglesia la hora de la desolación y el abandono. Será abandonada sobre todo
por muchos de sus Ministros y por muchos de sus hijos.
Será escarnecida, traicionada, entregada en manos de quien es su
enemigo y quiere destruirla. Serán algunos de sus mismos Ministros los que la
entregarán en manos de sus verdugos. (174/75)
Las fuerzas masónicas han entrado a la Iglesia de manera disimulada y
oculta, y han establecido su cuartel general en el mismo lugar donde vive y
trabaja el Vicario de mi Hijo Jesús.
Se está realizando cuanto está contenido en la
tercera parte de mi mensaje, que aún no ha sido revelado, pero que ya se ha
vuelto patente por los mismos sucesos que estáis viendo... (1020/93)
Hoy las tenebrosas fuerzas del mal la insidian
por todas partes: las oscuras tramas entretejidas por la Masonería, por
intermedio de sus numerosos adeptos que se han introducido en el vértice de la
Iglesia, han logrado paralizar su acción y apagar su ardor apostólico.
Muchos, hasta entre su mismos Pastores,
languidecen en la aridez y en la tibieza, mientras esta mi amadísima Hija vive
la hora de la agonía. (758/88)
La bestia abre la
boca para proferir blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre y su
morada, contra todos aquellos que habitan en el Cielo.
La más grande de
las blasfemias es la de negar el culto debido sólo a Dios para darlo a las
criaturas y al mismo Satanás.
He aquí por qué en estos tiempos, tras la
perversa acción de la masonería se difunden por doquier las misas negras y el
culto satánico.
Además la masonería obra, con todos los
medios, para impedir que las almas se salven y así quiere volver inútil la Obra
de la Redención llevada a cabo por Cristo. (802/89)
Hoy mi Corazón Inmaculado se estremece y angustia al
ver a la Iglesia interiormente dividida.
Esta división, que ha penetrado en el interior de la
Iglesia, es una señal que les indica con seguridad, que ha llegado para
ella, el momento conclusivo de su dolorosa purificación.
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